Un NAS o Network-attached storage, no es más que un servidor generalmente doméstico que se usa para almacenar y compartir archivos en una red. Dicho así suena simple, pero las posibilidades de este pequeño cacharro son enormes.
Esto os lo cuento porque el lunes por la tarde pedí a Amazon un Synology DS213j y ayer mismo después de comer lo tenía en casa (gotta love Amazon Premium). Es un NAS más o menos sencillo, con dos bahías para discos duros, dos puertos USB y un puerto Gigabit. Una CPU Marvell Armada 370 (ARMv7 a 1,2 GHz), 512 MB de RAM DDR3 y poco más.
He elegido Synology por varias razones, una de ellas es porque mi buen amigo Sergio me ha hablado muchas veces de las bondades de esta marca y su sistema operativo DSM que no tiene rival, además de lo útiles que son los NAS en general. Otra es que es una de las marcas más usadas y por ello hay una gran comunidad en Internet a la que acudir si surgen dudas o problemas.
Desde que tengo la Raspberry Pi con XBMC en el salón (debería escribir una entrada sobre eso...) he estado almacenando todo el contenido multimedia en mi ordenador de sobremesa, esto no era una mala solución pero conllevaba varios inconvenientes. Uno de ellos es que el PC debe estar encendido si quiero ver alguna película. Otro es que en mi PC uso Windows y estoy limitado a compartir los archivos por CIFS/SMB (Samba para los linuxeros) y resulta que NFS funciona bastante mejor en este tipo de aplicaciones. Sí, hay soluciones para compartir usando NFS en Windows ( FreeNFS o haneWIN NFS Server por ejemplo) pero las he probado y no me parecieron nada prácticas.
Otro de los motivos que me llevó a comprar el NAS ha sido que últimamente siento la necesidad de empezar a hacer copias de seguridad. Son gigas y gigas de fotos y documentos que sería una verdadera lástima perder.
Además de lo anterior el NAS me va a facilitar mucho algunas tareas como por ejemplo las descargas, ya que se puede utilizar como servidor de descargas. Y además todo esto lo podré gestionar desde mi casa a través de su interfaz web pero también desde prácticamente cualquier dispositivo móvil esté donde esté, ya que hay aplicaciones para iOS y Android.
Yo sigo leyendo características y posibilidades y aun sigo alucinando, vamos que esto es tan solo la punta del iceberg de lo que se puede hacer con un NAS.
En cuanto a los discos duros empezaré con un WD Caviar Green de 3TB, que es lo que tengo por casa.
De momento eso es todo, pronto tendréis noticias mías :D
¡Ah! una actualización gráfica de proyecto 325. No bebáis mientras trabajáis niños...
No hay comentarios:
Publicar un comentario