Por fin se acabaron los exámenes y por fin tengo algo de tiempo libre para poder escribir un poco, tenía muchas ganas ya, y espero que vosotros también.
Hoy vengo a hablaros sobre un tema bastante específico que, posiblemente, a algunos no os interese lo más mínimo y a otros os vuelva loco, como a mi. El overclocking.
Si os interesa el mundillo de los ordenadores seguramente hayáis oído hablar de él. Para el que no sepa lo que es el overclocking, en un principio, surge de la necesidad de tener un ordenador más potente, pero a la vez no disponer del dinero o los medios necesarios para conseguir mejores componentes, por lo tanto intentaremos, de alguna manera, conseguir más rendimiento sin cambiar ni un solo componente de nuestro ordenador.
En mi caso la curiosidad por el overclocking empezó hará unos 5 años teniendo yo un flamante Intel Core 2 Quad Q6700. Aunque no fue precisamente por la necesidad de más rendimiento, ya que iba sobrado con aquel procesador, sino por una “disciplina” dentro del overclocking que es el benchmarking. El término bencnhmark os puede sonar a aquellos que estéis estudiando algo relacionado con la administración de empresas. Puede ser traducido como “medida de calidad” y efectivamente eso es lo que hace.
Existen multitud de benchmarks o “medidores de calidad” para nuestro ordenador. Unos están orientados al procesador, otros a la tarjeta gráfica, a la memoria RAM o incluso a todo el conjunto del equipo.
Poneos en situación, un día cualquiera entras en tu foro preferido y te encuentras con un hilo titulado “Ranking 3DMark 06”. - Hmm voy a ver de que se trata. Vaya, un ranking de ordenadores y yo no estoy en él… ¡Voy a pasar el benchmark!
Descargué e instalé el software y simplemente lo ejecuté. Tras unos minutos obtuve una puntuación. Cual fue mi sorpresa cuando vi que mi resultado dejaba mucho que desear si lo comparaba con el de gente que tenía componentes, en teoría, muy similares a los míos. - Maldita sea, ¿qué pasa aquí, mi ordenador no rinde como debiera?
Esta es una típica captura de 3DMark06, en este caso mi récord personal.
Entonces es cuando entra en juego esa enfermedad a la que muchos, para disimular, llamamos overclocking. Te lees un par de tutoriales y estás dispuesto a correr el riesgo de fundir tu ordenador con tal de superar a un completo desconocido en un ranking que sólo verán unos pocos. Decidme si no es enfermizo.
Todo chip de silicio, por defecto, trabaja a una determinada velocidad que normalmente se mide en hercios (Hz). En cualquier chip esta frecuencia es susceptible de ser modificada. En el caso de los microprocesadores, por lo general, esta frecuencia final se obtiene multiplicando un reloj base (BCLK, FSB…) por un número al que comúnmente se llama multiplicador. Esta forma de explicar el overclocking en procesadores es muy general, extremadamente general, y puede variar mucho de una plataforma a otra. Cuando se quieren conseguir niveles altos de overclock hay que tener en cuenta muchas variables, frecuencias y voltajes sobre todo. Un buen consjo es no alterar más de una variable al mismo tiempo.
Oblea de silicio con cientos de microprocesadores impresos.
Si conseguimos exitosamente subir la frecuencia de nuestro procesador y no hemos muerto en el intento habremos conseguido escalar unos peldaños en el dichoso ranking, pero ahora se nos plantearán otros problemas. Cuando vamos con nuestro vehículo por una autovía a 100 km/h tenemos un determinado consumo, pero, ¿qué ocurre si aumentamos la velocidad hasta los 140 km/h? Pues seguramente que nos pille un radar, pero además estaremos aumentando el consumo de combustible y muy posiblemente también la temperatura de funcionamiento del motor. Con los componentes electrónicos ocurre algo muy parecido, si aumentamos su velocidad gastarán más combustible (electricidad) e indudablemente, y como consecuencia de lo anterior, generarán más calor; calor que debemos disipar sino queremos quedarnos sin ordenador. Entonces pensamos en comprar un disipador mayor que el que venía de fábrica con nuestro ordenador. Esto mejorará significativamente nuestras temperaturas pero algunos no tendrán suficiente y se meterán de lleno en el submundo que es la refrigeración líquida. En fin, es la pescadilla que se muerde la cola, porque lo que un principio se suponía que era un técnica para aumentar el rendimiento sin gastar dinero, al final nos ha hecho gastarnos la paga mensual en un trozo de cobre y aluminio con formas marcianas.
Afortunadamente esto sólo les ocurrirá a los más enfermos (que sí, reconoced que es una enfermedad) y en la mayoría de los casos el overclocking es una buena técnica para aumentar el rendimiento gastando muy poco.
El título del post viene de que en el overclocking las cosas no son 1 o 0, qué ironía. Pensad en que las combinaciones “placa-micro-ram” son prácticamente ilimitadas y dependiendo de que componentes elijamos nuestros resultados finales pueden variar ampliamente. Y no sólo eso, incluso dos procesadores de la misma marca y modelo pueden ser “muy” distintos, dependiendo de qué parte de la oblea haya salido o incluso de qué mina provenga el silicio o de la temperatura y humedad que habían el día que se fabricó. Por eso mismo estos parámetros son estrictamente controlados en las fábricas de chips de silicio, para que existan las mínimas diferencias posibles.
Además de todo lo anterior no hay métodos infalibles en el overclocking, todo hay que hacerlo mediante el método de prueba y error y por el camino nos encontraremos con múltiples “pantallazos azules” y reinicios constantes. Estos dos se convertirán en tus mejores amigos cuando hagas OC.
Poco tiempo después descubrí hwbot.org, el culmen del overclocking. El propio eslogan de la web lo demuestra: “Overclocking, overclocking, and much more! Like overclocking” que traducido sería algo así como “¡Overclocking, overclocking y mucho más! Como overclocking”. En esta web se recogen cientos de miles de resultados de una gran variedad de benchmarks subidos por usuarios a lo largo y ancho del globo con las más diversas combinaciones de hardware imaginables. Además hay rankings para todo y puedes compararte con gente de todo el mundo para ver cuan buenos son tus componentes o tus técnicas de overclock. Actualmente yo me encuentro el puesto número 12 de España aunque podría estar bastante mejor situado si tuviera más tiempo.
Ya en un par de ocasiones he tenido la oportunidad de hacer overclocking extremo, que consiste, en la mayoría de los casos, en usar nitrógeno líquido (LN2) para refrigerar los componentes ya que la subida de velocidad es tan grande que no basta con aire o agua para disipar el calor generado. Amén de mitigar los efectos de la electromigración (véase http://es.wikipedia.org/wiki/Electromigración). Además he tenido la oportunidad de conocer a personalidades muy importantes en el mundo del overclocking y recibir invitaciones para futuros eventos.
Uno mismo rellenando un termo con nitrógeno líquido.
Mi consejo es que si sentís algo de curiosidad por este tema busquéis algún tutorial específico para vuestra plataforma y probéis sin miedo, pero cuidado, podéis caer enfermos.
¡Hasta la próxima!